jueves, 27 de abril de 2017

EL GÓTICO EN ANDALUCÍA

El gótico es el último estilo artístico de la edad media, posterior al románico y predecesor del renacimiento. Se extendió entre los siglos XII y XV cuando Europa estaba azotada por pestes, guerras y crisis económicas, bajo la dirección de la iglesia se edificaron grandes catedrales provistas de coloridas vidrieras y llenas de luz y monumentariedad, mientras esto ocurría en Europa durante los albores del arte gótico en Andalucía se producía una nueva situación política entre cristianos y musulmanes. La reconquista había dado a los castellanos las tierras de Huelva, Sevilla, Jaén y Córdoba, pero al mismo tiempo se había consolidado el reino nazarí de Granada. En este contexto el arte gótico penetró en Andalucía.

En el siglo XIII y en plena reconquista la Andalucía católica imitó las modas arquitectónicas de Europa. El protogótico irrumpió con originalidad todavía enlazado al románico y a influencia mudéjar. Su implantación se extendió por las tierras del valle del guadalquivir como en la provincia de Sevilla donde se hicieron varias iglesias de estructura gótica y con elementos mudejares mientras que en escultura destacó La virgen de los reyes que se encuentra hoy en La Catedral de Sevilla.

Asi mismó en Córdoba se edificaron templos cristianos con un ligero toque gótico como la iglesia de San Lorenzo o la iglesia de Santa María de Aguasantas ambas obras combinan los estilos protogoticos, mudejares o tardorrománicos.
En Jerez de la frontera quedó testimonio de la iglesia de Santo Domingo de 1266.

Entre las construcciones civiles del siglo XIII destaca las atarazanas reales de Sevilla, un inmenso astillero medieval de estilo gótico y mudéjar levantado en ladrillo y la torre hispalense de Don Fabrique, una estructura defensiva que aunó la arquitectura gótica con la románica tardía.

Tras esta primera irrupción el arte gótico se expandió por las tierras cristianas de Andalucía durante el siglo XIV. Se levantaron grandes templos, conservando algunos elementos andalusíes. La imaginería también gozó de gran impulso gracias a retablos y esculturas.

En la provincia de Sevilla aparecieron templos como la iglesia de Santa María en Estepa, tambien en la capital se erigieron edificios de estilo gótico-mudejar con la iglesia de San Isidoro, la iglesia de Santa Lucía o la iglesia de San Esteban.

En la sierra onubense se construyeron iglesias góticas así como el monasterio de la Rábida en Palos de la frontera o el monasterio de Santa Clara en Moguer.

En Cádiz irrumpió con fuerza el estilo gótico-mudejar, desde San Lúcar de barrameda hasta el puerto de Santa María pasando por Jerez de la frontera.

En la provincia de Jaén  tambien apareció esta arquitectura en localidades como Úbeda, Baeza, Andújar o Linares destacando la iglesia de San Nicolás de Bari en Úbeda.

Los siglos XIII y XIV fueron los comienzos del arte gótico. Al comienzo esta nueva orden  arquitectónica se fundió con edificios románicos. Después llegó el momento de asociarse al arte mudéjar y enriquecerse con las influencias orientales.

En resumen en estos dos primeros siglos el gótico andaluz fue diverso y original, un arte que paulatinamente se abriria paso hacía la pureza y el esplendor de sus mas colosales monumentos.

A la cabeza de estas grandes construcciones está la catedral de Sevilla, el templo gótico más grande de Europa con 116 metros de longitud y 76 de anchura que comienza a cosntruirse a principios de siglo y cuyas obras duran hasta entrados el siglo siguiente.

En Jérez el gótico culmina con notables construcciones como San Miguel, Santiago y sobre todo la Cartuja de la defensión el principal templo de la provincia de Cádiz, donde el gótico evoluciona al renacimiento.

En Úbeda destaca la colegiata de Santa María de los reales alcazares, en Baeza se inicia la catedral, en este siglo se construye y o reforman numerosos castillos como el alcazar de los reyes cristianos de Córdoba, también el castillo de la yedra en Cazorla y el de Porcuna del que perdura la torre de Boabdil.

En el siglo XV se construyen muchos y relevantes retablos góticos en Andalucía. EL más importante es el inmenso retablo mayor de la catedral de Sevilla obra del artista flamenco P.Dancart. Otro ejemplo sería el retablo de Santa María en Arjona, en pintura son evidentes las influencias italianas y flamencas como el caso del mural de la iglesia de Santa María de Arcos de la frontera. Pese a la pérdida de gran parte de los murales aún se conservan algunas de las mejores pinturas góticas de Andalucía en el monasterio de San Isidoro del campo, en Santiponce, igualmente destaca la "Anunciación" de la catedral de Córdoba.
El apogeo del gótico en Andalucía a la orfebrería que deja obras como la custodia de Enrique Arfe en la catedral de Córdoba.

En cuanto a las últimas manifestaciones del gótico vemos como en toda Andalucía pero sobre todo en las comarcas que pertenecen al reino Nazarí, se desarrolla un gótico tardío, de decoración muy rica en los últimoa años del siglo XV y las dos primeras décadas del siguiente. Es el apogeo del gótico isabelino. En Granada resulta decisiva la labor de Enrique Egas cuya obra máxima es la capilla real con el sepulcro de los reyes católicos y tambíén en la portada de Santa Isabel la real. No faltan en Granada iglesias de estructura gótica pero con alminares árabes como el de San José y la iglesia de San Juan de los reyes, en Guadix la iglesia de Santiago es un ejemplo de gótico mudejar y la catedral se iniciará en estilo gótico para seguir en pleno renacimiento. En Almería se inicia el estilo gótico con la catedral y a la Alcazaba se le uniría un castillo gótico.
En Málaga el estilo isabelino ofrece la portada del sagrario y la iglesia de San Francisco en Ronda.

En Cádiz está presente en el puerto de Santa María, en su iglesia mayor y en el palacio de Jabalquinto de Baeza encontramos una de las mejores portadas de este estilo de toda España.

A partir de 1520 la introducción del renacimiento relega al gótico en la arquitectura y pinturas Andaluzas.

jueves, 20 de abril de 2017

SINAGOGA DE CÓRDOBA

En plena Judería, la Sinagoga de Córdoba se sitúa en el extremo suroccidental de lo que fue el casco urbano de la Córdoba medieval, dentro del primitivo núcleo amurallado y a escasa distancia tanto de la Mezquita-Catedral como del Alcázar de los Reyes Cristianos.



La Sinagoga de Córdoba es una de las más significativas de España junto a las de Santa María la Blanca y del Tránsito de Nuestra Señora, ambas de Toledo. Fue construida, según la inscripción fundacional conservada en su interior y cuya traducción es: Santuario en miniatura y morada del Testimonio (o Ley) que terminó Ishap Moheb, hijo del señor Efrein Wadowa el año setenta y cinco. ¡Asimismo vuélvete, oh Dios, y apresúrate a reconstruir Jerusalén! .., en el año 1315 (año 5075 del calendario judío, que comenzó el 20 de septiembre de 1314 y terminó el 1 de septiembre de 1315). 
Luego de la expulsión de los judíos en 1492, el edificio se transformó en el hospital de hidrófobos de Santa Quiteria. Más tarde, en 1588 se usó como Ermita de San Crispín y San Crispiniano, patronos del gremio de zapateros. Ya en el siglo XIX se empieza a usar como escuela de párvulos.
En 1884, realizándose unas reparaciones en el edificio, Rafael Romero Barros, padre del famoso pintor cordobés Julio Romero de Torres, descubrió restos de escritura hebrea lo que llevó a que, en el año siguiente, se declarara al monumento como Bien de Interés Cultural.
Desde entonces pasó por varias fases de restauración como la del arquitecto Don Félix Hernández en 1928 y las iniciadas en 1977 hasta llegar a la reapertura del edificio en 1985 con motivo de la celebración del 850 aniversario de nacimiento de Maimónides.

Declarada Monumento Nacional nada menos que en 1885 e incluida dentro de la nómina monumental que han hecho a la capital cordobesa merecedora del reconocimiento de Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 1994, la Sinagoga es, después de la universal Mezquita, el monumento más visitado de la ciudad.

Se trata de la única sinagoga medieval conservada íntegra en territorio andaluz; y junto a las toledanas del Tránsito y de Santa María la Blanca, los únicos edificios de culto judío conservados en España anteriores a su expulsión en 1492.



La presencia de judíos en la Península Ibérica y más concretamente en Córdoba habría que remontarla a los tiempos de la dominación romana, donde, huidos de las persecuciones en Oriente, gozarían de una cierta libertad religiosa.

Esa libertad, pese a los esfuerzos en contra de las persecuciones de personalidades de la talla de San Isidoro de Sevilla, se vería coartada durante la Monarquía Visigoda, motivo por el cual la comunidad judía vio con buenos ojos la invasión musulmana de la Península, llegando a colaborar con ellos e incluso a ocupar cargos de relevancia en la Córdoba emiral y califal.
La primera judería cordobesa de la que se tiene constancia se ubicaba extramuros y al norte de la ciudad, la cual, sería destruida a mediados del siglo XII tras la incursión de las huestes almohades, mucho menos abiertas a la coexistencia con otras prácticas religiosas.


Tras la conquista cristiana de la ciudad por medio del monarca Fernando III, con mayor o menor volumen de episodios de hostilidad con los cristianos, la población judía volvió a gozar de cierta libertad, asentándose en el espacio que ocupa la actual judería.


Después de un primer intento de levantar una gran sinagoga en Córdoba, desautorizada y mandada derribar por las autoridades cristianas de la época, fue en 1315 (año 5075 del calendario hebreo) cuando se erigió la actual sinagoga cordobesa siguiendo planos del alarife Isaq Moheb, tal y como reza una inscripción fundacional allí conservada.
Es de suponer que no sería el único edificio de culto judío de la Córdoba bajomedieval, pero tras su decreto de expulsión por parte de los Reyes Católicos en 1492, en lugar de ser destruida, albergó distintas funciones como hospital para hidrófobos, ermita de San Crispín y San Crispiniano (patrones del gremio de zapateros) o, ya en el siglo XIX, escuela de párvulos.

Fue en 1884 mientras se acometían labores de mantenimiento en el inmueble cuando, D. Rafael Romero, padre del universal pintor cordobés Julio Romero de Torres, descubrió una serie de inscripciones que hicieron sospechar que pudiera tratarse de un monumento histórico-artístico relevante, lo cual no tardó en ser confirmado.
Fue sometida a varias campañas de restauración en 1928 y 1977 que confirmaron la singularidad de la construcción, la cual, desde 1985 permanece abierta al visitante.
Estructuralmente es un edificio de gran sencillez exterior, hasta el punto de que puede pasar perfectamente desapercibida entre las intrincadas y estrechas calles de la judería cordobesa.


Se accede a la Sinagoga desde el nivel de la calle a través de un pequeño patio tras el cual, se abre un estrecho vestíbulo del que parte la escalera que comunica con la galería de mujeres sobre él situada.

La sala de oración propiamente dicha, sin duda la parte más interesante desde el punto de vista artístico, presenta una planta casi cuadrangular de unos 7 x 6,5 metros, la cual, se cubre mediante un artesonado de lazo réplica del que existiría originalmente.
El ingreso a la sala de oración se realiza a través de un vano adintelado en el muro sur, sobre el cual, en un segundo nivel, se abren los tres vanos abalconados con los que la galería de mujeres comunica visualmente con la sala de oración.

Dichos vanos son de medio punto peraltados y angrelados los laterales, y adintelado con yeserías angulares el central, quedando cada uno de ellos enmarcados por alfices ornados con caracteres epigráficos hebreos.

El resto del espacio del muro sur queda recubierto en su totalidad por diferentes paneles decorados por delicados entramados geométricos y vegetales de gran naturalismo, abriéndose en su parte alta cinco vanos destinados a la iluminación natural.

En el muro oriental, un vano adintelado abrazado por otro mayor de medio punto da paso a un pequeño habitáculo en el que se conservan los dos nichos destinados a albergar la Torá y los Rollos de la Ley Hebraica.


Justo al costado opuesto, el muro occidental queda definido por un nicho abierto en un arco apuntado y polilobulado enmarcado en un alfiz animado por versículos epigráficos extraídos del Cantar de los Cantares. Tanto en los espacios entre trasdós y alfiz, como en el resto del muro, vuelven a sucederse los paneles ornamentales a base de finísimas yeserías geométricas y vegetales.
Por último, es en el muro norte de la sala de oración donde las yeserías han llegado a nuestros días en mejor estado, con la única salvedad de los zócalos, prácticamente perdidos en todo el espacio.


Se decora mediante tres paneles que vienen a emular arcos ciegos simétricamente coincidentes con los de la galería de mujeres de su muro opuesto. Entre ellos, dos magníficos paneles decorativos vegetales de una minuciosidad que casi puede catalogarse como labor de filigrana. Sobre ellos, además de vanos de iluminación, destacan varios frisos con decoración epigráfica inspirada en el Libro de los Salmos.
En definitiva, la Sinagoga es, por méritos propios, una de las construcciones más interesantes de la gran urbe multicultural que fue la Córdoba medieval. Su aparente austeridad externa, nada tiene que ver con el universo suntuoso que se abre ante el visitante que se asoma a su interior.

No son muchos los restos de inscripciones que nos han llegado. En el Muro Sur encontramos un fragmento del libro de los Proverbios, y en los listones que enmarcan las puertas hay fragmentos del Salmo 122. En los muros oriental y occidental también hay fragmentos, pero menor calidad. En el Muro Norte encontramos versos muy completos del verso 4 del Cantar de los cantares.
En negrita los fragmento conservados:
Estoy construido como torre del Mesías. Dios...
Fragmento del Cantar de los Cantares[4, 4], muro occidental.
Entrad, adoremos y postrémonos doblemos la rodilla [?] ante el Señor, Creador nuestro.
Entremos en su morada, pos
trémonos ante el estrado de sus pies.
Exaltad al Señor, Dios nuestro, postraros ante el estrado de sus pies; Santo es Él
.
Línea superior del muro norte, de derecha a izquierda [Salmos 95,6; 132,7; 99,5]
Servid al Señor con alegría, entrad en su presencia con vítores.
Todos los pueblos que has creado vendrán a postrarse en tu presencia, Señor, y a honrar tu nombre.
Venid, aclamemos al Señor, demos vítores a la Roca que nos salva.
Línea superior del muro occidental y sur, de derecha a izquierda [Salmos 100,1b.2a; 86,9; 95,1]
Aclamad la gloria del nombre del Señor, postraros ante el señor en el atrio
tiemble en su presencia toda la tierra.
Que se postre ante ti la tierra entera, que toquen ante ti, canten salmos a tu nombre. Selah.

Línea inferior del muro norte, de derecha a izquierda [Salmos 29,2; 96,9; 66,4]
Lo recordarán y volverán al Señor todos los confines del orbe en su presencia se postrarán todas las familias de los pueblos porque el Señor es rey, él gobierna a los pueblos.
Línea inferior del muro occidental, de derecha a izquierda [Salmos 22, 28]

https://es.wikipedia.org/wiki/Sinagoga_de_C%C3%B3rdoba
http://www.arteguias.com/sinagoga/cordoba.htm
http://www.mezquitadecordoba.org/guia-cordoba/guia-cordoba-historia.asp?monumento=Sinagoga







jueves, 6 de abril de 2017

ALHAMBRA

La Alhambra de Granada

La Alhambra de Granada es dentro del estilo islámico nazarí como la Mezquita de Córdoba para el arte califal en Al-Andalus, es decir verdadero paradigma y símbolo.

La Alhambra es una ciudad palatina andalusí situada en Granada, en la comunidad autónoma de Andalucía, España. Consiste en un conjunto de palacios, jardines y fortaleza (alcázar o al-qasr القصر) que albergaba una verdadera ciudadela dentro de la propia ciudad de Granada, que servía como alojamiento al monarca y a la corte del Reino nazarí de Granada. Su verdadero atractivo, como en otras obras musulmanas de la época, no solo radica en los interiores, cuya decoración está entre las cumbres del arte andalusí, sino también en su localización y adaptación, generando un paisaje nuevo pero totalmente integrado con la naturaleza preexistente.



Historia de la Alhambra de Granada

El nombre de Alhambra proviene del color rojizo de sus muros (Castillo Rojo en árabe). Las primeras noticias sobre la fortaleza son del siglo IX. El recinto original se distribuía como una ciudad en cuatro zonas bien diferenciadas: la alcazaba o fortaleza militar, la medina o ciudad comercial que servía a la Corte, los palacios del sultán nazarí, y los lugares de distracción (el Generalife y otros palacios desaparecidos).
La Alhambra se levanta sobre la colina de la Sabika, uno de los puntos más elevados de la ciudad de Granada. Este emplazamiento buscaba una situación estratégica defensiva y a la vez transmitir un claro símbolo, donde la cima del poder es muy perceptible para el resto de la ciudad, una ubicación escogida para ser contemplado.4 La ocupación de esta colina se remonta a tiempos romanos. Del año 899 datan las primeras referencias escritas de un emplazamiento militar en la zona. A mediados del siglo XI, al convertirse Granada en capital del reino de Taifa, bajo la dinastía ziríes, se ampliaron las construcciones.
La Alhambra pasó a ser residencia real, a partir de 1238, con la llegada al poder de Muhammad ibn Nasr, primer monarca del Reino nazarí de Granada, para lo que creó un abastecimiento de agua propio. Las construcciones más lujosas de los palacios que hoy se conservan, el palacio de Comares y de los Leones, proceden del siglo XIV. El conjunto tiene una forma alargada e irregular adaptada a la forma de la colina sobre la que se levanta. Su longitud es de 740 m. y su anchura varía entre los 180 y los 40 metros



A lo largo de los siglos XIV y XV los soberanos granadinos Mohamed I, Yusuf I y Mohamed V, fundamentalmente en el siglo XIV erigieron esta obra cumbre del refinamiento musulmán de Al-Andalus en la colina de al-Hamra.
En época cristiana, siglo XVI, se le añadió el Palacio imperial de Carlos V, de estilo renacentista. La belleza de este edificio queda en entredicho por su controvertida ubicación en medio de La Alhambra, de la que se ha convertido en museo. A partir del siglo XVIII la Alhambra sufre un gran abandono, destruyéndose parte de ella durante la dominación francesa. 

En el siglo XIX se comenzó su reparación, restauración y conservación que se mantiene hasta la actualidad.
En 1984 el conjunto de abarca la Alhambra, el Generalife, y el barrio del Albaicín fue nombrado Patrimonio de la Humanidad. 

El patio de Comares

El núcleo habitable musulmán se ordena entorno a patios, por eso en Granada, los edificios palaciegos se muestran alrededor de patios yuxtapuestos.

Hay tres patios de ejes paralelos en la Alhambra: el Patio de Machuca, el del cuarto Dorado y el de Comares (también conocido como de los Arrayanes o de la Alberca)
El Patio de Comares es de grandes dimensiones con arquerías en sus lados menores y paredes lisas laterales con puertas y ventana ajimezadas con paños de escayola encuadrados por alfices, con sebka y atauriques.
En dirección a la sala de Comares bajo la torre del mismo nombre se atraviesa la sala de la Barca con alcobas en los extremos.



 

La Sala de Comares

 
El torreón de Comares es exteriormente un sobrio baluarte defensivo de de gruesos muros que, sin embargo, alberga la delicada sala de Comares o de los Embajadores. Es una sala cuadrada con cúpula de madera de cedro de simbolismo cósmico. En sus lados menos en el de acceso se crearon a su vez tres habitaciones practicadas en los gruesos muros de la torre. Una de ellas se considera el solio del sultán Yusuf I.



Patio de los Leones y las salas privadas de la Alhambra


 
El patio de los leones, obra de 1377 (Mohamed V), pertenece al ámbito privado de la Casa Real Vieja de la Alhambra.

Es un recinto rectangular con dos pabellones adelantados en sus lados cortos. Es probablemente el espacio más afamado de la Alhambra gracias a su fuente central con doce leones del siglo X rodeada con galerías decoradas con estucos y estalactitas soportadas por delicadísimas columnas de mármol.

Detrás de las galerías del lado oeste está la sala de los mocárabes y del lado opuesto está la sala de los Reyes (con pinturas antropomorfas de los diez reyes nazaríes en sus bóvedas). En el lado sur está la sala de Abencerrajes de forma cuadrada con cúpula decorada con de ricos mocárabes de yeso y tambor estrellado. No muy diferente es la cercana sala de las Dos Hermanas.

Se encuentra rodeado por una esbelta galería con 124 columnas de mármol blanco de Macael (Almería), que se presentan aisladas y agrupadas en conjunto de dos, tres, y hasta cuatro en las esquinas, sustentando, o bien solo apuntalando, las arcadas de filigrana, siendo simétricos los lados mayores y asimétricos los menores, de los que avanzan sendo pabellones hacia el patio, en cuya intersección de ejes transversales y longitudinal se ubica la fuente con los doce leones que le da nombre.
Las columnas se unen con paños calados que dejan pasar la luz. Fustes cilíndricos muy delgados, anillos en la parte superior, capiteles cúbicos sobre los que corren inscripciones. Las planchas grises de plomo convierten los empujes horizontales en verticales. Los dos templetes que avanzan a los dos lados opuestos del patio son como un recuerdo de la tienda de campaña de los beduinos. Son de planta cuadrada, decorados con cúpulas de madera que se apoyan en pechinas de mocárabes. El alero es obra del siglo XIX. Toda la galería está techada con artesonado de lacería.



Fuente de los Leones


Posee una de las escasas esculturas de animales del arte islámico pues, basándose en las suras 15, 29 y 38, 72 del Corán, se reprueba representar cualquier ser animado.
Los últimos datos conseguidos gracias a la restauración de los leones y la taza de la fuente han podido indicar que, tanto los leones como la taza, datan del siglo XIV y de la misma procedencia y material (mármol de Macael, Almería) siendo fabricada la fuente en su conjunto, tanto leones como taza, al mismo tiempo. Este descubrimiento viene a rectificar las informaciones que indicaban la procedencia de los leones de un palacio, anterior a la Alhambra, perteneciente al primer visir de la dinastía zirí Samuel Ibn Nagrella. A su vez, se ha podido descubrir tres tipologías de leones sobre la base de sus elementos formales diferenciadores. Cada una la conforma un grupo de cuatro leones con similitud dos a dos en sus rasgos: nariz, pelaje de la melena, fauces y posición y relieve de la cola.

La fuente de los leones tiene diversas significaciones o simbologías, ninguna de ellas corroboradas. Por una parte los doce leones tienen una simbolización astrológica, cada león alude a un signo zodiacal. Por otra, tiene una significación política o mayestática que está relacionada con el templo del rey Salomón (puesto que hay una inscripción en la fuente referida a este) y el mar de bronce del mismo templo. Por última y la más importante, alude a un símbolo paradisíaco refiriéndose así a la fuente, originaria de la vida y los 4 ríos del Paraíso coránico. Pero lo que sí se puede decir, es que la fuente como tal es una alegoría del poder que reside en el sultán.


Sala de los Reyes


Ocupa todo el lado oriental del patio. Llamado así por la pintura que ocupa la bóveda del cuarto central. Es la sala más larga del Harén, dividida en tres cuartos iguales y dos pequeños que pudieran ser armarios, por su emplazamiento y falta de iluminación. Probablemente destinada a fiestas familiares. En la bóveda del centro, las pinturas representan a los diez primeros reyes de Granada desde la fundación del reino, uno de ellos con barba roja que puede ser Mohamed ben Nazar llamado Al-Hamar el Rojo, fundador de la dinastía Nazarí. En las bóvedas laterales hay pinturas que representan caballeros y damas, realizadas a fines del siglo XIV. Hubo un intercambio artístico en tiempos de Pedro I de Castilla quien solicitó ayuda al rey de Granada para restaurar los Reales Alcázares de Sevilla. Las pinturas llevan una técnica muy laboriosa:
  1. Planchas de madera de peralejo bien cepillada y formando una elipse.
  2. Sobre la superficie cóncava se extiende el cuero mojado, pegándolo con un baño de cola y claveteado con pequeños clavos de cabeza cuadrada cubiertos de estaño para evitar la oxidación.
  3. Sobre el cuero, una capa de yeso, caña y cola de 2 cm de espesor ya tostada y pintada en rojo. Sobre esta capa y con un punzón se dibujan los temas.
La división interna de la sala está realizada mediante arcos de atajo, cortando la estancia de forma perpendicular. Estos arcos muestran su intradós repletos de mocárabes y sus paramentos están cubiertos por yeserías, en los que aparecen símbolos nazaríes y también cristianos. La apariencia conjunta de la sala con sus arcos decorados puede recordar algún modelo de mezquita almohade.


 

Sala de las Dos Hermanas



Se sale del Patio de los Leones por el lado opuesto a la Sala de los Abencerrajes. Se pasa una puerta original de taracea, una de las más bellas del palacio, actualmente conservadas en el Museo de la Alhambra. El nombre de Dos Hermanas procede de las dos losas de mármol blanco que hay en el suelo a ambos lados de la fuente central, exactamente iguales en tamaño, color y peso. Tiene un mirador sobre la ciudad y comunicación directa con los baños.
Esta sala, al igual que toda la Alhambra, tiene poemas escritos en las paredes.



PALACIO CARLOS V

Llamado así por ser construido en su inicio como residencia del emperador Carlos, aunque no conste que llegase a habitar en él en momento alguno. Está situado junto al Palacio nazarí de Comares, lo que supone un gran contraste con la arquitectura islámica del entorno. Presenta planta cuadrada con patio interior circular y fue diseñado por Pedro Machuca. Sorprende por el año de construcción (1527), época muy temprana para sus características, que lo encuadran dentro del manierismo: columnas dóricas en el primer piso, jónicas en el segundo, y friso con cabezas de toro (bucráneos) de tradición grecorromana. En algunos aspectos, repite o anticipa ciertas soluciones arquitectónicas del manierismo en Italia, lo que se explica por la estancia de Machuca en dicho país y por su habilidad para desarrollar con inventiva propia ciertos rasgos del incipiente estilo manierista. La construcción se vio interrumpida en el siglo XVII, hasta su finalización en el siglo XX.
Su fachada es totalmente renacentista. El primer cuerpo es de estilo toscano con almohadillado. El segundo posee elementos decorativos propios del barroco. Sobre la puerta principal, se encuentran dos estatuas aladas de mujer reclinadas en el frontón. Arriba, 3 medallones enmarcados en mármol verde resaltan contra la piedra. En los laterales, se representan escenas de Hércules. Los anillos de hierro de la parte baja son puramente decorativos, siguiendo la moda vigente en Florencia y Siena en el momento de la construcción.






Alcazaba

Se trata de la antigua fortaleza del siglo XIII cuyas murallas rodean la Alhambra y esta formada por gruesos muros con más de 20 torres salientes (machuca, Comares, Peinador de la Reina...) Las primeras edificaciones árabes realizadas se corresponden con la época califal, en el siglo XI, ampliándose las mismas al convertirse Granada en capital de uno de los reinos de Taifas. Con Muhammad I, primer rey nazarí de Granada, se reconstruyó y amplió esta fortaleza, se reforzaron sus muros y se levantaron las principales torres. Su sucesor Muhammad II terminó las obras de reconstrucción de la alcazaba. Con anterioridad a la edificación de los palacios nazaries, esta área compartía también una función de alojamiento real


El Generalife


El Generalife fue construido por Mohamed VII fuera del recinto de la Alhambra como finca agropecuaria emplazada en una de las laderas del cercano Cerro del Sol.
Las dependencias del Generalife se establecían alrededor del famoso patio o jardín de la Acequia.
Al norte de este patio se conserva el núcleo palatino más importante del Generalife. Se abre mediante pórtico de cinco arcos, más ancho el central y contiene dos alcobas laterales y torre interior.


La Madraza nazarí de Granada

La Madraza de Granada no es uno de los monumentos más conocidos y visitados de la capital granadina. Probablemente por que la posibilidad de ser visitada por el turismo es bastante reciente, de 2011, cuando tras varias restauraciones se abrió al público.
La madraza o escuela coránica de Granada es obra de mitad del siglo XIV y tras diversos usos y cierres sucesivos durante cientos de años ha quedado muy transformada. Por fortuna, la espectacular sala de oración del conjunto se halla restaurada y en un aspecto asombrosamente atractivo. Es una estancia octogonal con diversas arquerías, un mihrab y ventanales de celosías sublimes. La mayor parte de los muros se encuentra cubiertos de yeserías polícromas con motivos geométricos, ataurique, epigrafía y mocárabes.