jueves, 20 de abril de 2017

SINAGOGA DE CÓRDOBA

En plena Judería, la Sinagoga de Córdoba se sitúa en el extremo suroccidental de lo que fue el casco urbano de la Córdoba medieval, dentro del primitivo núcleo amurallado y a escasa distancia tanto de la Mezquita-Catedral como del Alcázar de los Reyes Cristianos.



La Sinagoga de Córdoba es una de las más significativas de España junto a las de Santa María la Blanca y del Tránsito de Nuestra Señora, ambas de Toledo. Fue construida, según la inscripción fundacional conservada en su interior y cuya traducción es: Santuario en miniatura y morada del Testimonio (o Ley) que terminó Ishap Moheb, hijo del señor Efrein Wadowa el año setenta y cinco. ¡Asimismo vuélvete, oh Dios, y apresúrate a reconstruir Jerusalén! .., en el año 1315 (año 5075 del calendario judío, que comenzó el 20 de septiembre de 1314 y terminó el 1 de septiembre de 1315). 
Luego de la expulsión de los judíos en 1492, el edificio se transformó en el hospital de hidrófobos de Santa Quiteria. Más tarde, en 1588 se usó como Ermita de San Crispín y San Crispiniano, patronos del gremio de zapateros. Ya en el siglo XIX se empieza a usar como escuela de párvulos.
En 1884, realizándose unas reparaciones en el edificio, Rafael Romero Barros, padre del famoso pintor cordobés Julio Romero de Torres, descubrió restos de escritura hebrea lo que llevó a que, en el año siguiente, se declarara al monumento como Bien de Interés Cultural.
Desde entonces pasó por varias fases de restauración como la del arquitecto Don Félix Hernández en 1928 y las iniciadas en 1977 hasta llegar a la reapertura del edificio en 1985 con motivo de la celebración del 850 aniversario de nacimiento de Maimónides.

Declarada Monumento Nacional nada menos que en 1885 e incluida dentro de la nómina monumental que han hecho a la capital cordobesa merecedora del reconocimiento de Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 1994, la Sinagoga es, después de la universal Mezquita, el monumento más visitado de la ciudad.

Se trata de la única sinagoga medieval conservada íntegra en territorio andaluz; y junto a las toledanas del Tránsito y de Santa María la Blanca, los únicos edificios de culto judío conservados en España anteriores a su expulsión en 1492.



La presencia de judíos en la Península Ibérica y más concretamente en Córdoba habría que remontarla a los tiempos de la dominación romana, donde, huidos de las persecuciones en Oriente, gozarían de una cierta libertad religiosa.

Esa libertad, pese a los esfuerzos en contra de las persecuciones de personalidades de la talla de San Isidoro de Sevilla, se vería coartada durante la Monarquía Visigoda, motivo por el cual la comunidad judía vio con buenos ojos la invasión musulmana de la Península, llegando a colaborar con ellos e incluso a ocupar cargos de relevancia en la Córdoba emiral y califal.
La primera judería cordobesa de la que se tiene constancia se ubicaba extramuros y al norte de la ciudad, la cual, sería destruida a mediados del siglo XII tras la incursión de las huestes almohades, mucho menos abiertas a la coexistencia con otras prácticas religiosas.


Tras la conquista cristiana de la ciudad por medio del monarca Fernando III, con mayor o menor volumen de episodios de hostilidad con los cristianos, la población judía volvió a gozar de cierta libertad, asentándose en el espacio que ocupa la actual judería.


Después de un primer intento de levantar una gran sinagoga en Córdoba, desautorizada y mandada derribar por las autoridades cristianas de la época, fue en 1315 (año 5075 del calendario hebreo) cuando se erigió la actual sinagoga cordobesa siguiendo planos del alarife Isaq Moheb, tal y como reza una inscripción fundacional allí conservada.
Es de suponer que no sería el único edificio de culto judío de la Córdoba bajomedieval, pero tras su decreto de expulsión por parte de los Reyes Católicos en 1492, en lugar de ser destruida, albergó distintas funciones como hospital para hidrófobos, ermita de San Crispín y San Crispiniano (patrones del gremio de zapateros) o, ya en el siglo XIX, escuela de párvulos.

Fue en 1884 mientras se acometían labores de mantenimiento en el inmueble cuando, D. Rafael Romero, padre del universal pintor cordobés Julio Romero de Torres, descubrió una serie de inscripciones que hicieron sospechar que pudiera tratarse de un monumento histórico-artístico relevante, lo cual no tardó en ser confirmado.
Fue sometida a varias campañas de restauración en 1928 y 1977 que confirmaron la singularidad de la construcción, la cual, desde 1985 permanece abierta al visitante.
Estructuralmente es un edificio de gran sencillez exterior, hasta el punto de que puede pasar perfectamente desapercibida entre las intrincadas y estrechas calles de la judería cordobesa.


Se accede a la Sinagoga desde el nivel de la calle a través de un pequeño patio tras el cual, se abre un estrecho vestíbulo del que parte la escalera que comunica con la galería de mujeres sobre él situada.

La sala de oración propiamente dicha, sin duda la parte más interesante desde el punto de vista artístico, presenta una planta casi cuadrangular de unos 7 x 6,5 metros, la cual, se cubre mediante un artesonado de lazo réplica del que existiría originalmente.
El ingreso a la sala de oración se realiza a través de un vano adintelado en el muro sur, sobre el cual, en un segundo nivel, se abren los tres vanos abalconados con los que la galería de mujeres comunica visualmente con la sala de oración.

Dichos vanos son de medio punto peraltados y angrelados los laterales, y adintelado con yeserías angulares el central, quedando cada uno de ellos enmarcados por alfices ornados con caracteres epigráficos hebreos.

El resto del espacio del muro sur queda recubierto en su totalidad por diferentes paneles decorados por delicados entramados geométricos y vegetales de gran naturalismo, abriéndose en su parte alta cinco vanos destinados a la iluminación natural.

En el muro oriental, un vano adintelado abrazado por otro mayor de medio punto da paso a un pequeño habitáculo en el que se conservan los dos nichos destinados a albergar la Torá y los Rollos de la Ley Hebraica.


Justo al costado opuesto, el muro occidental queda definido por un nicho abierto en un arco apuntado y polilobulado enmarcado en un alfiz animado por versículos epigráficos extraídos del Cantar de los Cantares. Tanto en los espacios entre trasdós y alfiz, como en el resto del muro, vuelven a sucederse los paneles ornamentales a base de finísimas yeserías geométricas y vegetales.
Por último, es en el muro norte de la sala de oración donde las yeserías han llegado a nuestros días en mejor estado, con la única salvedad de los zócalos, prácticamente perdidos en todo el espacio.


Se decora mediante tres paneles que vienen a emular arcos ciegos simétricamente coincidentes con los de la galería de mujeres de su muro opuesto. Entre ellos, dos magníficos paneles decorativos vegetales de una minuciosidad que casi puede catalogarse como labor de filigrana. Sobre ellos, además de vanos de iluminación, destacan varios frisos con decoración epigráfica inspirada en el Libro de los Salmos.
En definitiva, la Sinagoga es, por méritos propios, una de las construcciones más interesantes de la gran urbe multicultural que fue la Córdoba medieval. Su aparente austeridad externa, nada tiene que ver con el universo suntuoso que se abre ante el visitante que se asoma a su interior.

No son muchos los restos de inscripciones que nos han llegado. En el Muro Sur encontramos un fragmento del libro de los Proverbios, y en los listones que enmarcan las puertas hay fragmentos del Salmo 122. En los muros oriental y occidental también hay fragmentos, pero menor calidad. En el Muro Norte encontramos versos muy completos del verso 4 del Cantar de los cantares.
En negrita los fragmento conservados:
Estoy construido como torre del Mesías. Dios...
Fragmento del Cantar de los Cantares[4, 4], muro occidental.
Entrad, adoremos y postrémonos doblemos la rodilla [?] ante el Señor, Creador nuestro.
Entremos en su morada, pos
trémonos ante el estrado de sus pies.
Exaltad al Señor, Dios nuestro, postraros ante el estrado de sus pies; Santo es Él
.
Línea superior del muro norte, de derecha a izquierda [Salmos 95,6; 132,7; 99,5]
Servid al Señor con alegría, entrad en su presencia con vítores.
Todos los pueblos que has creado vendrán a postrarse en tu presencia, Señor, y a honrar tu nombre.
Venid, aclamemos al Señor, demos vítores a la Roca que nos salva.
Línea superior del muro occidental y sur, de derecha a izquierda [Salmos 100,1b.2a; 86,9; 95,1]
Aclamad la gloria del nombre del Señor, postraros ante el señor en el atrio
tiemble en su presencia toda la tierra.
Que se postre ante ti la tierra entera, que toquen ante ti, canten salmos a tu nombre. Selah.

Línea inferior del muro norte, de derecha a izquierda [Salmos 29,2; 96,9; 66,4]
Lo recordarán y volverán al Señor todos los confines del orbe en su presencia se postrarán todas las familias de los pueblos porque el Señor es rey, él gobierna a los pueblos.
Línea inferior del muro occidental, de derecha a izquierda [Salmos 22, 28]

https://es.wikipedia.org/wiki/Sinagoga_de_C%C3%B3rdoba
http://www.arteguias.com/sinagoga/cordoba.htm
http://www.mezquitadecordoba.org/guia-cordoba/guia-cordoba-historia.asp?monumento=Sinagoga







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