martes, 17 de enero de 2017

Las colonizaciones orientales

Ya en la edad del hierro, con la llegada de pueblos colonizadores se desarrolló en Andalucía la importante civilización de Tartessos.

A partir del siglo X AC los fenicios de Tiro ejercieron la hegemonía sobre el resto de las ciudades fenicias. En torno al siglo IX AC se produjo un proceso colonizador con la creación de varias colonias y factorías en territorio penínsular, entre ellas Malaka (Málaga), Gadir (Cádiz), Abdera (Adra), Sexi (Almúñecar), entre otras. Estos colonizadores usaron el territorio andaluz para obtener distintos recursos y por su importancia estrategica como paso entre el mediteráneo y el atlántico. La hegemonía comercial de Tiro duró hasta el 573 AC cuando cayó en manos de Nabucodonosor, rey de Babilonia. Con la caída de Tiro el comercio entre Tartessos y Fenicia quedó bloqueado.

Al parecer, Tartessos también mantenía intercambios comerciales con los griegos focenses que eran sus aliados. Sin embargo tras la batalla de Alalia el comercio focense también quedó bloqueado por los cartagineses o púnicos quienes hacía el año 500 a.C relevaron definitivamente a los fenicios en el comercio mediterráneo, controlando el estrecho de Gibraltar y haciendo inaccesible la penetración de los otros pueblos hacía el Atlántico.

Por todo lo anterior puede decirse que la civilización de tartessos se desarrolló simultaneamente a las culturas del argar y la de los millares hasta el siglo VI a.C cuando se produjo su colapso, el de tartessos.

Tartessos se extendío por la mayor parte del territorio andaluz, el algarve y parte de la región de Murcia aunque su eje principal se desarrolló en el triángulo formado por las ciudades de de Huelva, Cádiz y Sevilla.

Su actividad más significativa fue la minera y metalúrgica (oro, plata, hierro y cobre) aunque también se practicó la agricultura, la ganadería, la pesca y el comercio marítimo donde era punto estratégico entre las rutas del mediterráneo y el atlántico, clave para el comercio con el estaño de las islas británicas.

Según la cronología de los restos arqueológicos Tartessos surgió de la aculturización de la población indígena por la influencia de los colonizadores fenicios cuyo alfabeto es la base de la escritura del idioma tartéssico. La cerámica y el culto a los dioses orientales también parecen indicarlo como dan muestra el tesoro del Carambolo o el templo de Melkart. El contacto con los griegos y los etruscos produjo una importante aculturización en el ámbito de las civilizaciones introdujo a Tartessos en el ámbito de las civilizaciones más importantes del mediteráneo convirtiendose en la primera gran civilización existente en la peninsula iberica.

Tras la caída de Tartessos el territorio de la actual Andalucia quedó bajo control cartaginés sin embargo como heredera de su cultura surgió la Turdentania región poblada por los turdetanos, un pueblo íbero.

Paralelamente a los turdetanos habitaron otros pueblos indígenas: bastetanos, oretanoso o túrdulos.

El creciente ascenso de Roma hizo que tras las guerras púnicas los cartagineses fueran expulsados por los romanos de la península ibérica.

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