martes, 31 de enero de 2017

Ruina de Baelo Claudia


En un espectacular paraje conocido como Ensenada de Bolonia, dentro del término municipal de Tarifa y muy cerca del Estrecho de Gibraltar, las ruinas de la ciudad romana de Baelo Claudia permanecieron prácticamente ignoradas entre dunas hasta que, a principios del siglo XX, una serie de campañas dirigidas por el hispanista francés Pierre París, permitieron sacar a la luz los primeros restos de un asentamiento que, a medida que se fue profundizando en las excavaciones, acabó por revelarse como uno de los trazados urbanos de época romana más completos, más ortodoxos y mejor conservados de la Península Ibérica.
 
 
Levantada sobre un enclave fenicio, los orígenes de la Baelo Claudia romana se remontarían a finales del siglo II a.C., concibiéndose desde un principio como puerto marítimo de enorme importancia estratégica en el comercio con las principales urbes norteafricanas.

Alcanzaría, gracias a la pesca y a la industria del apreciado “garum”, un enorme desarrollo durante siglos sucesivos, hasta el punto de que, a mediados del siglo I d.C., el emperador Claudio acabaría por elevarla a la categoría de “municipium”, sin embargo, en la segunda mitad del siglo II quedó arrasada tras sufrir un devastador terremoto, y pese a que constan intentos por reconstruirla poco tiempo después, jamás lograría recuperar su primitivo esplendor.

A pesar de los intentos por recuperar la normalidad en cuanto a su funcionamiento, los constantes saqueos de piratas mauritanos y la crisis imperial del siglo III terminaron por pulverizar los pocos rebrotes que intentaron hacer resurgir su economía. En el siglo VII fue abandonada finalmente a expensas de la actividad geológica y las inclemencias del tiempo, quedando olvidada hasta las campañas arqueológicas de Pierre París.



El yacimiento arqueológico actual, elevado a la categoría de Monumento Histórico Nacional, está rodeado por una Muralla de piedra que, según los historiadores, tenía una función delimitadora más que de carácter defensivo por la estrechez de su grosor. La muralla tuvo cuatro puertas principales, que se conservan en la actualidad. Además contaba con múltiples torres de vigilancia para la preservación de la seguridad de la ciudad.
El Foro de Baelo es de forma rectangular y en él se discutían los aspectos políticos de la época, así como debates jurídicos o administrativos. Al sur estaba delimitado por la Basílica Judicial, la cual actualmente conserva las columnas compuestas y jónicas, algunas de las paredes y una estatua del Emperador Trajano de más de tres metros de altura, que se confundió en un principio con la efigie del Emperador Claudio. Todo ello erigido sobre una base rectangular de casi 20 metros por 35,5. En la Basílica se llevaban a cabo los juicios y el culto imperial.

La actividad comercial tenía lugar en el Mercado, donde se vendía sobre todo carne y pescado. Al igual que en el yacimiento de Segóbriga, el Edificio de las Termas contaba con varias salas para el baño: el caldarium, o sala caliente, el tepidarium, o sala templada, y el frigidarium o sala fría. En la ciudad también podemos hallar cuatro Templos, dedicados a los dioses Júpiter, Minerva, Juno (Triada capitolina) y a la diosa egipcia Isis; muy aceptada para los rezos romanos, ya que se la consideraba un símbolo de gran importancia en el culto a la fertilidad por parte del colectivo femenino. El Templo de Isis se cree que pudo construirse hacia el año 70 d.C. y contaba con varios lugares diferentes: el pórtico, un patio central sobre el que se construyó el propio templo, la sala de iniciación y la sala de los sacerdotes. 



El abastecimiento de agua de la ciudad se realizaba por medio de cuatro acueductos. También puede apreciarse la zona industrial con restos de las instalaciones para la fabricación del garum, calles, acueductos, restos del sistema de alcantarillado, etc. En ningún otro yacimiento romano de la Península Ibérica es posible extraer tras la visita una visión tan completa del urbanismo romano como en Baelo Claudia. En esto radica su principal interés, destacado también por el espectacular paisaje que rodea a la ciudad.
Bien de Interés Cultural, su publicación como Monumento apareció en La Gaceta de Madrid, en el año 1925. El conjunto arqueológico está acompañado desde 2007 de un museo, incorporado en la Sede Institucional y Centro de Visitantes del Conjunto Arqueológico de Baelo Claudia, obra del arquitecto Guillermo Vázquez Consuegra.
El yacimiento está junto a una zona turística, por lo que se está empezando a explotar su potencial de turismo cultural.
La Junta de Andalucía ha construido un nuevo Centro de recepción de visitantes (de que es autor el arquitecto Guillermo Vázquez Consuegra) y ha llevado a cabo un Proyecto de actuación paisajística en la Ensenada de Bolonia (redactado y ejecutado por el Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico entre 2010 y 2013) . Así mismo la Universidad de Cádiz realiza estudios del lugar, dando lugar a nuevos descubrimientos, como la única copia del Doríforo de Policleto en Hispania.

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