jueves, 2 de marzo de 2017

MEZQUITA CATEDRAL DE CÓRDOBA


La mezquita-catedral de Córdoba, antes «Santa María Madre de Dios» o «Gran Mezquita de Córdoba», actualmente conocida como la Catedral de la Asunción de Nuestra Señora de forma eclesiástica o simplemente Mezquita de Córdoba o Catedral de Córdoba de forma general, es un edificio de la ciudad de Córdoba, España.
Se empezó a construir como mezquita en el año 785, con la apropiación y reutilización de los materiales de la basílica hispanorromana de San Vicente Mártir, que se hallaba en su lugar, por los conquistadores musulmanes. El edificio resultante fue objeto de ampliaciones durante el Emirato de Córdoba y el Califato de Córdoba. Con 23 400 metros cuadrados, fue la segunda mezquita más grande del mundo en superficie, por detrás de la Mezquita de La Meca, siendo sólo alcanzada posteriormente por la Mezquita Azul (Estambul, 1588). Una de sus principales características es que su muro de la qibla no fue orientado hacia La Meca, sino 51º grados más hacia el sur, algo habitual en las mezquitas de al-Ándalus.
En 1238, tras la Reconquista cristiana de la ciudad, se llevó a cabo su consagración como catedral de la diócesis con la ordenación episcopal de su primer obispo, Lope de Fitero. El edificio alberga el cabildo catedralicio de la Diócesis de Córdoba, estando prohibido cualquier culto colectivo o rezo organizado no católico. En 1523, bajo la dirección de los arquitectos Hernán Ruiz, el Viejo y su hijo, se construyó su basílica cruciforme renacentista de estilo plateresco.
Hoy todo el conjunto constituye el monumento más importante de Córdoba, y también de toda la arquitectura andalusí, junto con la Alhambra, así como el más emblemático del arte omeya hispanomusulmán. Declarada como Bien de interés cultural y Patrimonio Cultural de la Humanidad como parte del centro histórico de la ciudad.


La Mezquita árabe

La Mezquita de Córdoba no es sólo el símbolo de Al-Andalus, sino un monumento fundamental de todo el Occidente islámico y uno de los más asombrosos del mundo.

Es el reflejo artístico del poder de uno de los estados políticos más importante de Occidente en los siglos VIII, IX y X: el Emirato y el Califato de Córdoba.



La construcción que ha perdurado es la sucesión de edificaciones iniciada por el emir Omeya Abderramán I sobre la iglesia cristiana de San Vicente, en la que reaprovechó abundante material, ampliada posteriormente por el emir Abderramán II, el califa Alhakén II y el caudillo Almanzor (durante el teórico gobierno del califa Hisham II)

La reforma más sustancial de la historia de la Mezquita de Córdoba se lleva a cabo en los siglos XVI y XVII con la eliminación de parte de los trabajos de ampliación de Abderramán II y Almanzor para construir la catedral cristiana.

La Mezquita de Córdoba es un enorme cuadrilátero de suntuosas arquerías de 24.000 m2 de superficie ubicado en el corazón del casco antiguo de la ciudad y enfrente del puente romano que salva el río Guadalquivir.

Etapa de Abderramán I

Sobre la antigua iglesia de San Vicente, se inician las obras en la novena década del siglo VIII y posiblemente se construiría en un periodo no superior a siete años, de ahí su gran homogeneidad estilística. Se accede a ella por la Puerta de las Palmas, hoy ya empleada como principal puerta de los visitantes.

El resultado de los trabajos en tiempos del primer emir cordobés fue una mezquita de once naves (la central más ancha y las exteriores más estrechas que el resto) separadas por un total de 142 columnas de diferente procedencia (romanas y visigóticas) que soportan arcos de herradura y pilares que recogen por encima arcos estructurales de medio punto, creando una original arquería superpuesta de arcos donde se alternan dovelas de piedra caliza blanca con otras constituidas por tres filas de ladrillos rojos.



Habitualmente se considera que la superposición de dos pisos de arcos superpuestos y el empleo de la bicromía resultante de la piedra con el ladrillo fue una imitación y readaptación de la estructura de ciertas obras de ingeniería romanas. Como el Acueducto de los Milagros de Mérida.

Una de las curiosidades de este primer tramo de la mezquita es su orientación hacia el sureste que difiere en 51 grados la correcta dirección hacia la Meca. Se han barajado diferentes hipótesis para explicar esta desviación que condicionará las sucesivas ampliaciones. Desde un simple error de cálculo geográfico, pasando por la orientación de las mezquitas de Siria, de donde era natural el emir o el respeto práctico de los cimientos y subsuelos de las edificaciones anteriores.

Etapa de Abderramán II

Durante el reinado de este emir cordobés (821-852) y en momentos de paz y prosperidad se añaden siete tramos más a la mezquita de Abderramán I, ampliándola considerablemente hacia el sur. Los soportes siguen siendo viejas columnas visigodas reaprovechadas, aunque también aparecen los primeros capiteles árabes de modelo corintio.

Etapa de Alhakén II (961-976)

Durante el gobierno del gran califa Alhakén II se vuelve a ampliar la mezquita, alargando doce tramos de la sala de oración hacia el sur. Sin duda, se trata del espacio más suntuoso de la sala de oración y refleja el gran momento de brillantez cultural del gobierno de este califa.

Aunque la mayor parte de las arquerías repiten básicamente el modelo de Abderramán I se comienzan a emplear, como veremos, espectaculares arcos polilobulados entrecruzados de tres y cinco lóbulos, dovelas en resalte, riquísimos mosaicos de técnica bizantina, columnas con fustes de mármol azul y rosa rematadas por capiteles corintios y compuestos, etc.

Etapa de Almanzor

La población de Córdoba siguió creciendo durante el siglo X y la mezquita de los emires y califas se quedaba pequeña. Por esta causa y también como un alarde para afirmar su poder político, Almanzor, el caudillo primer ministro del califa Hisham II mandó realizar una ampliación ambiciosa entre los años 987 y 990 consistente en otras ocho naves.


Dada la cercanía de los muros al río Guadalquivir se decidió la construcción a lo largo de todo el costado este. De modo que el mihrab de Alhakén quedaba definitivamente descentrado.
Este tramo no ofrece ya novedades arquitectónicas y se considera una obra pragmática y funcional que copia lo ya realizado en los periodos anteriores.


La Catedral Cristiana y las edificaciones mudéjares, renacentistas y barrocas

La Mezquita de Córdoba es convertida en catedral cristiana en 1236, tras la conquista de la ciudad por Fernando III. Desde entonces se iniciaron reformas parciales adicionando capillas y otros elementos cristianos.

Una de esas obras que tiene merecido protagonismo propio es la llamada Capilla Real construida a partir de 1312 tras la muerte de Fernando IV , a la postre obra maestra del mudéjar cordobés de influencia almohade en la bóveda y partes superiores y nazaríes en las inferiores.

Son soberbias las yeserías murales y, especialmente, la bóveda que cubre el espacio a base de arcos polilobulados entrecruzados perpendicularmente y en diagonal. Los espacios abovedados se cubren mediante mocárabes policromados.



La construcción más importante fue, sin duda, la llevada a cabo en el siglo XVI durante el reinado de Carlos V cuando se edificó, no sin grandes oposiciones, la actual catedral cristiana dentro de las naves de la antigua mezquita.

El edificio lo inició en 1523 Hernán Ruiz el Viejo con permiso expreso del emperador Carlos V y se desarrolló a lo largo del siglo XVI, pero no se terminaron las obras hasta 1766.
El resultado en un edificio que suma estilos desde el gótico final, plateresco, renacentista y barroco.
Tiene nave y crucero, con planta de cruz latina. Los arcos son todavía góticos (apuntados), la ornamentación plateresca y la cúpula renacentista.
Elementos destacables son el Altar de mármol rojo, la sillería del coro y el tesoro de la Catedral





DOCUMENTAL: http://www.rtve.es/alacarta/videos/la-mitad-invisible/mitad-invisible-mezquita-catedral-cordoba/1605459/

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