De estilo ecléctico caracterizado por el uso de los nuevos materiales. Siguió las directrices de la Escuela de Eiffel. En 1998 fue declarado Bien de Interés Cultural de Andalucía. Está en proyecto su restauración para alojar en su interior un centro de exposiciones, un restaurante y un complejo de ocio, además de proporcionar un mirador en la parte superior.
La problemática de la explotación minera de fines de siglo XIX y los comienzos de la industrialización del sur de España tiene uno de sus mejores testimonios en esa obra notable de ingeniería que, en sí misma, contiene avanzados criterios y aportes de la construcción en metal de reconocida transcendencia dentro de la historia de las obras civiles y de arquitectura.
Su diseño se debe al ingeniero de Caminos, Canales y Puertos Andrés Moche, quien realizó el proyecto en el año 1902, siendo ejecutadas las obras de inmediato y acabadas solo dos años después.
Por su naturaleza, esta tipología constructiva no fue frecuente y, por la imposibilidad de recuperar su uso original, ha adquirido una singularidad indiscutible digna de ser conservada.
En resumen, el antiguo cargadero "El Alquife", más conocido como Cable Inglés, utilizado hasta el año 1970, es una obra civil singular de gran valor técnico e histórico que amerita ser declarada Bien de Interés Cultural, en la categoría de monumento.
El cargadero de mineral de Almería se construyó una vez finalizado el ferrocarril Linares-Almería; con el fin de dar mayor salida a todo el material que llegaba por tren desde las Minas de Alquife y que se acumulaba en el Puerto de Almería. Los primeros proyectos proponían un cargadero hecho de madera, y de unas dimensiones reducidas. Pero por distintos motivos se decidió la construcción de un gran muelle metálico de agua profunda al que accederían los trenes cargados de mineral de hierro, procedentes de la Estación de Almería, a unos 900 metros del lugar. Una vez en lo alto, por acción de la gravedad, descargarían su contenido en unos depósitos en el interior de la estructura. Una vez allí, y de nuevo por gravedad, se cargaría el mineral a los barcos atracados al costado del cargadero a través de unos conductos metálicos retraíbles.
A fecha de 20 de abril de 1904, el monarca del país por entonces, Alfonso XIII acudió a la ciudad para inaugurar el cargadero, aprovechando para inaugurar también el ferrocarril Albolote-Granada. A partir de entonces, los ciudadanos se dividieron según su opinión al respecto. Unos pensaban que era una construcción necesaria y positiva, y otros la relacionaban con la contaminación metálica, y se veía como un obstáculo para el crecimiento urbanístico.
Es un ejemplo y obra maestra de la Arquitectura del Hierro de inicios del siglo XX, es una obra de ingeniería, concebida para utilizarla como medio de transporte, almacenaje y embarque del mineral procedente de las minas de hierro de Alquife, Granada, por vía marítima. Su edificación es posible debido a la construcción del puerto y del ferrocarril, moviéndose su construcción en la corriente ecléctica pero introduciendo un nuevo lenguaje arquitectónico caracterizado por el empleo de nuevos materiales, como es el caso del hierro.
Se compone de dos partes diferenciadas: el acceso que une la estación del ferrocarril con el cargadero, y el propio embarcadero a través del que los trenes podían descargar directamente en la bodega de los barcos. Su acceso comienza en la terminal de la vía férrea, cuyo tramo medio reposa en amplios arcos de medio punto sobre pilares de cantería, separados por tramos metálicos a base de grandes vigas de hierro. En 1998 fue declarado Bien de Interés Cultural por sus valores históricos, simbólicos y estéticos.
Uso
Hacia los años 1920 se inicia un conflicto entre la empresa del ferrocarril y la minera, que casi paraliza su actividad. Hacia 1916[, la compañía Bairds Minings construyó otro cargadero 500 metros al sureste; aún así, el Cable Inglés permaneció en funcionamiento hasta septiembre de 1970. Tras la Guerra Civil Española, la nacionalización lleva a la venta de las instalaciones a Agruminsa, filial de los Altos Hornos de Vizcaya, el 16 de noviembre del mismo año. Su uso fue decayendo cada vez más hasta que dejó de prestar servicio hacia 1973.
Monumento a la Tolerancia:
El monumento rememora a los 252 almerienses que, entre 1940 y 1945, estuvieron presos en los campos de concentración de Mauthausen y Gusen (Austria), y de los cuales 142 no sobrevivieron. Este es el mismo número de columnas de cemento (142) que componen el conjunto y rodean una parte central que representa los trabajos forzados que estos almerienses tuvieron que realizar.
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